Según un artículo publicado en LiveScience, un estudio reciente reveló que comprar trajes de baño pone a las mujeres de muy mal humor. La psicóloga Marika Tiggemann y su equipo de investigación, en Flinders University en Australia, pidieron a un grupo de 102 mujeres jóvenes que se imaginaran a sí mismas en dos locaciones: en un vestidor, midiéndose un traje de baño; y en la playa, con el traje de baño puesto. Luego, les pidieron que se imaginaran a sí mismas en los mismos lugares pero vistiendo un jeans y un suéter.
Como resultado, haberse imaginado a sí mismas vistiendo un traje de baño hizo que las mujeres se sintieran peor acerca de su cuerpo, más que al imaginarse vistiendo los jeans. De hecho, el estudio reveló que las mujeres manifestaron más sentimientos de incomodidad respecto a su físico al imaginarse a sí mismas midiéndose un traje de baño dentro de un vestidor, y no en la playa.
Ahora, nosotros nos preguntamos lo siguiente: ¿crees que parte de la influencia nociva que nos lleva a percibir de manera incorrecta nuestros propios cuerpos viene de los medios de comunicación y la publicidad?
¿Por qué no deberíamos las mujeres sentirnos cómodas con nuestros cuerpos aunque no sean todos iguales? Lo que la publicidad muestra casi nunca se apega a la realidad del día a día. Esto no significa que todos los cuerpos femeninos no puedan ser bellos en su manera individual y particular.
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